
Se ha establecido el rigor de un estado deseado, mas nunca conciliado, hasta ahora. Una libertad no definida, sino asumida dentro de lo que a mi me es complaciente, poder dar paso al traslado en lo que a gustos se refiere, montañas, nubes, hierba, agua, dicha no interrumpida, un todo, mi todo, en deleite. Segregar la fantasía cotidiana y vivir de una vez la realidad que vuestros ojos menosprecian o no comprenden, por qué? (no es una pregunta pero como decirlo de otro modo), ir en contra del flujo aceptado, lo que la razón avala, libertad a mis pies de una vez, transitar en los callejones censurados y mal vistos, hacer oídos sordos a las advertencias que privan y condenan, dejar que el silencio inunde y que hable y que ensordezca, sí!, que ensordezca, cómo? ( no es una pregunta pero como decirlo de otro modo).
La satisfacción está en frente a no más de un par de pulgadas, se encuentra desnuda y es cautivante, ofrecimiento inestimable, no hay resistencia que ate las manos e impida poseerla, me ofrece pisar el cielo sin la necesidad de saber volar, me ofrece el mar sin la necesidad de saber navegar, me ofrece un intercambio con las aves sin la necesidad de saber trinar. Es lo que he escogido, lo único que ha sido dotado de "sentido", y a la vez renuncio a la busqueda de un sentido adulterado que se esmera en llevarse consigo un todo, mi todo, a un ocaso perpetuo. Elijo la satisfacción que degrada la fantasía de esta vida predispuesta e impuesta, adopto la realidad, mi realidad que vuestros ojos menosprecian o no comprenden, por qué? (no es una pregunta pero como decirlo de otro modo).